martes, 26 de octubre de 2010

Corolarios de 3 años de gestión

  Actualmente los estudiantes de Visuales cursamos carreras cuyos planes de estudio no están avalados por el Ministerio de educación, y sólo aprobados por una resolución interna de la facultad. Nuestros títulos, por tanto, a pesar de recibirlos en un Instituto Universitario Nacional, no tienen validez en el resto del país. Los estudiantes que llegan al final de su carrera y quieren graduarse, para sumarse al grupo de menos de 20 personas que ya lo hicieron, deben esperar cerca de 3 años para poder defender su tesis, según viene pasando estos años. Los problemas que trae no tener títulos válidos, por incongruencia entre el plan de estudio aprobado y las materias cursadas por todos nosotros, conllevan un gasto de tiempo, esfuerzo y dinero que deben necesariamente sumarse a los gastos que acarrea cursar en nuestra Institución y de los que nadie se hace cargo.
Los nuevos planes de estudio que se quieren implementar, recién aprobados en el Consejo Departamental pero no Superior (y mucho menos en el Ministerio de Educación), son de una insensatez enorme para con los intereses artísticos y culturales de los que queremos estudiar. El pasaje de aproximadamente 6000 horas cátedra por carrera a las casi 2000 horas, siendo este último el mínimo indispensable para una licenciatura, basado en eliminación y/o fusión de distintas materias y contenidos, significa para los que nos vamos a ver involucrados, un vaciamiento académico insostenible.

  El despropósito que existe hacia el alumnado y los docentes a nivel administrativo es sostenido y en varios aspectos empeorado con el paso del tiempo.
Meses de pérdida de clases a lo largo de los últimos años por diferentes motivos nos hacen replantear seriamente el compromiso de parte del Decano para con el cumplimiento del calendario académico. El primer cuatrimestre del 2010, por caso, programado para comenzar el 22 de Marzo, recién lo hizo el 12 de Abril en condiciones bochornosas. El sistema Guaraní, perfectamente aplicado en otras Instituciones con más caudal de alumnos, fue puesto en marcha sin informarse debidamente ni ponerlo a punto tanto en el funcionamiento del sistema de cupos y equivalencias como con los datos del historial académico de los alumnos, siendo que el uso de este sistema estaba previsto desde dos años antes. El cuatrimestre concluyó al cabo de tres meses, el 16 de Julio. El cuatrimestre actual siguió teniendo problemas con la puesta a punto del sistema, dejando cupos sin cerrar y amontonando estudiantes en unas u otras materias, con un mes y medio de vacaciones de Invierno para corregir los errores. A las 4 semanas de haber empezado el cuatrimestre seguía sin existir un listado efectivo de los inscriptos en cada materia.
  La posible pérdida actual del cuatrimestre, el argumento que más bajó desde la gestión hacia los estudiantes que no están de acuerdo con la medida de fuerza, se da por muchos factores. La toma fue votada, en asamblea, para que se dé con clases. Ésta es una de las primeras veces que una medida de este tipo no mantiene el curso de las clases, y no es responsabilidad de los votantes.

Existen cátedras que no se adhieren a la medida por cuestiones políticas, pero en su mayoría se dio por dos cosas: la presión explícita que se hizo desde el Decanato a los docentes; y la presión ejercida en el discurso hacia los alumnos, que con el paso del tiempo dejaron de ir a tomar sus clases, lo que originó que más docentes dejaran de dictar clases.
Los cursos, exposiciones, premios y otras actividades que estuvieran programadas, evidentemente dependían de un solo edificio (la sede Benito Quinquela Martin) que, estando La Cárcova y el Prilidiano Pueyrredón cerrados, no se halla ni se hallaba antes de la toma, en condiciones para ser utilizado, no sólo en actividades que necesitaban más espacio del existente, sino para cualquier actividad, por el peligro que eso conlleva. A pesar de eso, no se hizo el movimiento necesario en el mes comprendido entre el cierre de Las Heras y la toma de la sede de Pinzón, lo que también habla de la falta de compromiso que se tiene ante esas actividades. Por caso, la exposición "Trayectos", siempre realizada en Las Heras, se vería obligada a migrar a un edificio que no le brinda el espacio necesario en cantidad ni en calidad.

  El señalamiento a los estudiantes que apoyan y/o participan de la toma sólo sirve para generar conflictos con los que no están de acuerdo. Basándose en argumentos absurdos como el cambio de cerraduras, el vandalismo y el descuido del edificio, lo único que se logra es la desconfianza y enojo general.
Al momento de tomar la facultad, los no-docentes que dejaron el edificio no cerraron algunas oficinas, y se llevaron consigo las llaves. Lo que pueda estar abierto es responsabilidad única de los que así lo dejaron. Nunca se forzó ninguna puerta, archivo o documento, así como tampoco se cambió nunca alguna cerradura para impedir el paso de quien quiera entrar a la facultad para participar de la toma con clases, sea cursando, utilizando los talleres o acudiendo a las clases que los mismos alumnos organizan, abiertas para todo el público.
La reja de la entrada principal, atada con alambre (situación que demuestra el evidente conocimiento sobre el estado de la misma), cayó, por suerte, cuando no había nadie debajo. La negligencia y falta de compromiso en este caso no se llevó ninguna vida, pero la falta de respuesta ante esto (que tiene que darse antes de llegar a situaciones de urgencia como el caso del pedido de arreglo que argumenta el Decano), y situaciones similares que siguen existiendo dentro del edificio, sólo permite pensar que en algún momento va a volver a ocurrir (ya hubieron suficientes víctimas de la negligencia y el despropósito en el país). El estado del edificio en Pinzón y Patricios, mismo antes de que cayera la reja, no deja dudas de la desidia con la que se maneja la integridad física de los concurrentes. Extintores insuficientes y sin la certificación correspondiente, mangueras contra incendios clausuradas, planes de evacuación pendientes, señalización paupérrima, arreglos provisorios por doquier, cables sueltos, ventilación escasa y en algunos casos nula en aulas, y muchas otras situaciones, promueven la idea de que si el edificio fuese inspeccionado concientemente por los organismos de seguridad que corresponden, sería clausurado.
La parálisis institucional está dada desde antes de la toma. Las oficinas de Las Heras están cerradas hace varios meses, y la mudanza de las mismas no se hizo. Lo mismo sucede con los documentos que se puedan encontrar en canastos que nunca fueron transportados en las varias semanas entre la clausura de la sede Prilidiano Pueyrredón y la toma de la sede Benito Quinquela Martín.
Está visto que al edificio de Pinzón no le sobra espacio para las funciones que cumple. A pesar de eso, se argumenta que la toma imposibilitó la construcción de las oficinas que harían las veces de lugares provisorios hasta que Las Heras vuelva a estar en funcionamiento. Resta pensar qué espacios se podrían usar para las mismas, y por qué, otra vez, no se hizo en casi el mes que hubo entre el cierre de una sede, y toma de la otra.
Culpar a los mismos estudiantes por "falla de las bombas" es cuanto menos imprudente, siendo que durante el transcurso del mismo año ya hubieron problemas con el sistema de agua del edificio. A pesar de esto, los que tuvieron que solucionar los problemas a falta de respuesta de las autoridades fueron los mismos estudiantes.
El mantenimiento que en la sede se llevaba a cabo era insuficiente. No sólo el ya argumentado abandono edilicio, sino el abandono de instrumentos para las clases como caballetes, mesas de cerámica, sillas, bancos, etc. El gasto en personal de mantenimiento es injustificado porque el mismo personal no se hacía cargo de sus funciones. Según el Artículo 78 del Estatuto Provisorio del IUNA, "los cargos no docentes serán cubiertos en función de la idoneidad, demostrada fehacientemente por concurso. El Consejo Superior deberá garantizar la formación, capacitación y evaluación permanente del personal, así como la reglamentación para los concursos y la modalidad de los mismos." Este mismo artículo se aplica al personal administrativo y de mantenimiento edilicio.
El accidente automovilístico padecido por los docentes al salir de la sede el primer día de toma nunca fue notificado a los alumnos presentes y por tanto no se pudo tomar la medida que fuera necesaria. Acusaciones sobre este tipo de situaciones, donde puede haber vidas en peligro, no se pueden tomar tan a la ligera. Pedimos respeto por la vida de las personas, involucradas o no, tanto al usarlas como instrumento político como así el resguardo en la práctica asegurando las condiciones edilicias mínimas necesarias.

  En el año 2007 Marotta dejó su puesto de Decana luego de conflictos (en este caso, elecciones poco representativas) que significaron la toma de Visuales de parte de muchos alumnos -y otros claustros-, varios de los cuales ahora mismo asumen la postura de apoyar la toma de la facultad. Bajo aquellas circunstancias, Julio Flores asumió en elecciones tendenciosas en el Consejo Extraordinario convocado luego de la respuesta de los alumnos ante la reelección de Marotta. Esta situación debe ser tomada en cuenta a la hora de juzgar nuestra lucha, e implica una responsabilidad absoluta de las palabras pronunciadas por el actual Decano. Exigir un funcionamiento institucional correcto también implica una responsabilidad propia que en su momento el mismo Julio Flores no supo demostrar.

   A pesar de todo ello, los participantes activos de la toma, siendo varios extranjeros o del interior del país, hicieron el trabajo de limpieza, arreglo y mantenimiento que muchos trabajadores no-docentes no hicieron (véase arreglo de caballetes, mesas, bancos; limpieza de baños, pisos, aulas, paredes, armarios...) sin que nadie más que los mismos alumnos independientes proveyesen de materiales o plata para cubrir los gastos del trabajo, en un esfuerzo grupal y personal motivados simplemente por amor al arte y la educación. También dan clases abiertas, y ofrecen espacio al que quiera para trabajar en los talleres, dar sus propias clases (incluídas o no en el sistema educativo oficial) y participar abiertamente de un proceso educativo alternativo, pero tan o más válido que el proporcionado por una facultad inestable.

  Estamos en una facultad con todos estos problemas y más. Habría que replantearse si todo lo dicho no compromete seriamente la cantidad de personas que deciden estudiar en nuestra institución, o si es realmente la culpa de los alumnos que reclaman por la violación al derecho de la educación, que no sólo implica poder estudiar, sino hacerlo en condiciones académicas y edilicias dignas, sin el desmanejo presente, con la seguridad de que el tiempo y el dinero invertidos en nuestras carreras traerán una certificación válida para lo que en un principio se compromete la institución.

  La falta de respuesta ante simples pedidos de compromiso, y la falta de respeto con la que se trató a los estudiantes concurrentes a asambleas -y por tanto, de diversas opiniones respecto a la situación que vivimos-, demostrada en recursos cobardes para conseguir apoyo en la exigencia de levantamiento de la toma (la cual se votará, como siempre se hizo, a mano alzada en las asambleas programadas semanalmente) o dando discursos provocativos las pocas veces que se acercó a dialogar, logró que nuestra sede sea una de las pocas que sostienen la medida de fuerza, habiendo las otras recibido respuesta concreta en plazos más acordes a una gestión contemplativa para con los problemas que los integrantes de la institución tienen.

  Que la realidad sea como es, es una cuestión meramente semántica. Nosotros luchamos para cambiar lo que está mal, alentamos la intención de mejorar, y repudiamos la resignación ante los problemas. El lenguaje, en cambio, sí tiene una mala costumbre: condiciona el entendimiento y transforma la realidad, una responsabilidad que no todos están dispuestos a tratar con el debido respeto.



Asamblea Estudiantil, 
Departamento de Artes Visuales, 
Instituto Universitario Nacional de Arte.

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