miércoles, 20 de octubre de 2010

Carta de los consejeros superiores de Visuales.

Carta de los consejeros superiores de Visuales, Mario Diaz y Etelvina Toledo.
Estos mismos dos representantes no quisieron apoyar ni presentar el pliego de reclamos de la Asamblea Estudiantil en la última reunión de consejo:


Pasado todo este tiempo, casi un mes desde el inicio de la toma, podemos observar que existen dos posturas o si se quiere, dos situaciones, que lamentablemente confluyen en un punto en común: la inmovilidad.



La Inoperancia:
Esta es patrimonio de las autoridades porque al cabo de más de dos años de gestión no se observan claros y tangibles adelantos en materia académica, seguridad edilicia, mantenimiento racional del edificio o una forma sistematizada de higiene y salubridad para los ambientes, sanitarios, etc. Todo esto sumado a importantes falencias administrativas. Es decir:

· Académicamente:

1. no se impulsa la aprobación de los planes de estudio
2. no se impulsa la legalización y reconocimiento de los títulos
3. se instaló un sistema informático (Guaraní) que sólo produce retrasos y equivocaciones que generan un triple trabajo al alumno: primero, conseguir conectarse para ingresar a la página; segundo, inscribirse; y tercero, volver a hacerlo en forma personal por fallos o confirmar al final de la cursada que realmente está inscripto

· Sobre Seguridad:

1. falta de mantenimiento correctivo y preventivo (mensual) del ascensor
2. inexistencia de un sistema contra incendios (nichos hidrantes desactivados)
3. falta de mantenimiento correctivo a la cortina de rejas de la calle Pinzón
4. cables expuestos por doquier


· Higiene y Salubridad:

1. falta de ventilación para renovación de aire en “aula pasillo”, pasillo del bar, sala de fotocopiadora, oficina de coordinación, aulas de cerámica en PB, etc.
2. falta de mantenimiento en sanitarios de la institución
3. insuficiente personal para el desarrollo de la actividad de limpieza
4. falta de higiene y pintura en paredes y techos en general


· Administrativamente:

1. falta de edificios de reemplazo para la sede Las Heras
2. alumnos que cumplen tareas de no docentes en distintas áreas (antirreglamentario)
3. personal contratado para tareas que no le son propias por ingerencia profesional

A estos pocos ítems enumerados seguramente cada alumno, en base a su experiencia podrá agregarles más.

La Declamación:

Surgida a caballo de otras situaciones ocurridas en otros ámbitos (entiéndase por ello a lo ocurrido en los secundarios de la ciudad de Bs. As., y la toma de la Facultad de Sociales en la UBA), esta no logra instalarse en el plano de la sociedad con la misma fuerza, sobre todo que la primera; pese a que, los reclamos pudieran ser tan legítimos y valederos como aquellos. Se puede entender que para una sociedad no es lo mismo los reclamos de los adolescentes (adultos en formación y que por lo tanto requieren el apoyo y contención de los mayores) que la de los universitarios, adultos por derecho y que deben generar sus propios mecanismos de defensa y entendimiento con los otros adultos, en este caso, la clase dirigente.

Sin embargo, salta a la vista que el reclamo de los adolescentes ha merecido mejor destino que el nuestro. Es decir, además de las declamaciones político partidarias (que las hubo pero pocas), estos obtuvieron respuestas; básicamente porque la toma fue utilizada como herramienta de negociación y no de declamación. No se pretendió hacer un golpe de estado a las instituciones a favor de un grupo de alumnos sino presionar para obtener respuestas válidas y concretas sobre los problemas en particular y una vez obtenidas estas, se reencauzaron las actividades para no perder el año académico.

Por el contrario en nuestro caso, si bien se rescatan seis o siete puntos en concreto como reclamo genuino, el resto de los casi treinta (que han variado con el transcurso de los días) son de forma o declamativos (tales como el aumento del presupuesto educativo que requiere un largo trámite administrativo para la reasignación de partidas por parte del ejecutivo y que debe ser luego aprobado en el congreso), la formación de comisiones para el monitoreo de temas que la mayoría no conoce o no domina. Todo esto sin tomar en cuenta el impacto que genera en los otros claustros que conforman el cogobierno de nuestras unidades académicas; es decir: docentes, no docentes y graduados, dejados de lado como si no tuvieran ni voz ni parte (a pesar que muchos de los compañeros provienen de partidos que dicen estar a favor de la lucha de clases y del gobierno de los trabajadores, dejando al desnudo en suma su verdadero y real origen pequeño burgués, que desconocen los derechos de los trabajadores).

En suma o resumiendo, estas dos actitudes han llevado a la unidad académica a un estado de absoluta inmovilidad, donde se reconoce una gestión incapaz de afrontar los problemas planteados por el grupo de alumnos de la toma que a su vez, sólo hacen reclamos atendibles pero inabordables en el corto plazo porque se requiere el cumplimiento de pasos que se prolongan en el tiempo; algo similar se plantea respecto de los edificios que se quieren alquilar, dado que ninguno cumple de inicio los requisitos para el desarrollo de nuestras actividades (lo cual implica la necesidad de su acondicionamiento para las mismas, lo cual insume un tiempo que no están dispuestos a esperar), no se ha evaluado el aprovechamiento real del edificio que disponemos en función de las cursadas y el número de alumnos de ellas, ni tampoco aportan soluciones que sean realizables.

Es por eso que es necesario realizar un plenario de donde surjan documentos concensuados sobre el tiempo y forma de abordaje de las necesidades, según una distribución de acuerdo a la urgencia en el corto, mediano y largo plazo.

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